Se define como Generación Y o millennials a la generación de personas nacidas entre el 77 y el 88, aproximadamente: la generación con mayor poder de compra en 2017. La generación en la que me encuentro, pues nací en el 87.
íšltimamente tengo la sensación de que leo demasiado sobre mi generación y el cambio que está produciendo en muchas marcas, algo lógico pero a la vez revelador. Aquí unos cuantos:
El último artículo es sumamente revelador y se nota de manera más o menos clara en sectores como los seguros, los hoteles o los coches. En los últimos 3 meses he probado por primera vez opciones de consumo colaborativo como Airbnb y Blablacar y creo que, especialmente en el segundo caso más que en el primero, es ya un patrón bastante relevante. No obstante, empresas como Daimler (dueña de marcas como Mercedes o Smart) ya lo han visto venir y tienen opciones diversas de movilidad en su cartera como Car2Go, MyTaxi o Carpooling.
Pero, como es de esperar, la política de Daimler es la de menos común. En una generación que empieza/empezamos a tener un salario y unas opciones -más o menos- viables de consumo, lo normal es encontrarse empresas y productos que no se adaptan a una realidad cambiante. Renovarse o morir.
Lo admito: soy fan de MyTaxi. Soy bastante fan, en realidad. Después de años con disrupciones en tecnologías para que podamos contarle al mundo de manera más eficaz y rápida lo que estamos comiendo, es genial poder ver que empiezan a llegar innovaciones fantásticas que nos pueden cambiar cosas que hacemos con frecuencia, como pedir un taxi en Madrid.
Me gusta MyTaxi porque, entre otras cosas, te permite reducir la habitual fricción que existe al usar un taxi: básicamente que te toque un taxista malencarado, que intenta ser Kimi Räikkí¶nen por la Castellana y que aún por encima tenga un Skoda Octavia destartalado. Ya que vas a pagar por un servicio, al menos que sea decente, ¿no? Y MyTaxi tiene detalles muy chulos, como que puedas valorar a tu conductor y que, a la hora de pedir taxis puedas pedir que tu taxista sea alguien con una review media de 5 estrellas o que tu taxi sea híbrido. Innovaciones razonables.
En la oficina, como puede imaginarse uno, usamos bastantes taxis a diario para ir a ver a nuestros clientes, y MyTaxi ha ido convenciéndonos poco a poco a todos, de manera absolutamente viral por el boca a boca, hasta haber conseguido que tengamos una cuenta de empresa en la aplicación, lo cual es un poco complicado cuando también usas la app para tus taxis personales pero lo cierto es que los pros son mayores que los contras. Solo tienes que desactivar la casilla de ‘empresa’ al pedirlo, teniendo cuidado de no desactivar mis otras casillas por defecto para evitar arriesgar y que me toque un mal taxista. Y eso fue lo que me pasó el otro día.
Sí, shit happens y Murphy existe ahí, pero te fastidia que para un trayecto en taxi en el que tienes prisa al final pagues el doble de lo habitual por la manera de conducir y actitud del taxista en cuestión, lo cual es un problema. Pero, por suerte, como dije, MyTaxi tiene un apropiado sistema de valoraciones al final del viaje con el cual puedes desahogarte en situaciones así. Y todo hubiese quedado ahí si no fuese porque al día siguiente recibí un e-mail. Era un e-mail de varias personas de MyTaxi preguntándome por mi problema del día anterior y ofreciéndome una solución razonable al respecto.
Aquel e-mail no era un e-mail automático: era un e-mail de Manuel, Cristina y Bruno, del equipo de MyTaxi España, que realmente fueron reactivos a un problema y le pusieron solución de manera personalizada. En mi caso concreto, acostumbrado a estar siempre al otro lado, intentando venderles a las empresas los beneficios de este tipo de actitudes, no pude sino que escribirles aplaudiéndoles su actitud y su valentía como empresa para gestionar algo tan complicado como una mala experiencia en un taxi (de un tercero), pero usando su servicio.
Todo esto viene por una charla que ha dado hace no mucho Marco Arment, un tipo que me cae bastante bien y que es más o menos desconocido por aquí, pese a que ha sido el creador de Instapaper y, si mal no recuerdo, uno de los primeros empleados de Tumblr. En su charla, Marco habla de su experiencia desarrollando estos proyectos y de cómo cambiar el mundo desde el punto de vista de un desarrollador independiente, fuera de grandes corporaciones. Y sí, también habla de las personas.
De veras, si controláis de inglés y tenéis 26 minutos disponibles este fin de semana, echadle un ojo en Youtube a la charla de Marco en el XOXO 2013. Merece la pena.
íšltimamente soy muy fan de los Sindelantal: creo que Varis y Diego han conseguido montar una startup realmente prometedora que por seguro va a cambiar el panorama de la comida a domicilio en España, pero eso es tema para otro post.
Es curioso ver cómo en los últimos años hay un gran cambio: empresas o marcas que parecían invencibles, asentadas, han visto cómo de repente van perdiendo cuota de mercado a más y más velocidad, en muchos casos reaccionando tarde y mal.
Apuesto a que todos conocíamos en el colegio a esa chica (o chico) que cada fin de semana estaba con una persona distinta y que, precisamente por ello, nos resultaba más bien poco atractiva. ¿De qué me va a servir ser uno más?
Algo similar veo últimamente por internet: se ha ‘creado’ la figura del influenciador en internet, la cual es palabra de moda en más de una y de dos propuestas comerciales que muchas agencias pasan a sus clientes. Los ‘influenciadores‘ son como la sal y la pimienta de un filete: sin ellos (en teoría) toda tu campaña no servirá de nada.
En los últimos meses veo como hay personas que asisten como ‘influenciadores‘ a decenas de actos, prácticamente uno por semana (o incluso dos o tres), ¡incluso en actos de empresas que compiten entre sí!
Entre nosotros, ¿Alguien que puede llegar a asistir a 5 ó 6 actos de marcas al mes (con sus correspondientes impactos) puede llegar a tener algún tipo de influencia sobre algo o alguien? Se ha creado la figura del ‘especialista en asistir a actos con influenciadores‘, lo cual es tremendo y no es otra cosa más sino de un síntoma de burbuja, más pequeña o más grande pero burbuja al fin y al cabo.
¿Os imagináis cómo sería la credibilidad de un personaje famoso si cada mes anunciase 4 ó 5 cosas, y más aún de cosas que compiten entre sí? ¿Qué tipo de influencia podría tener?
Año 2000, Universidad de Nueva York. Dos estudiantes, Dennis Crowley y Alex Rainert, acaban de graduarse y pensaron en que estaría bien un servicio para compartir la localización mediante SMS, para así saber dónde estaban cerca tus amigos y sitios interesantes. Le llamaron Dodgeball.
Dodgeball empezó a funcionar muy bien y se hizo tremendamente popular entre geeks de San Francisco. Google decidió comprarlo en Mayo de 2005, ellos dos siguieron trabajando en el servicio que habían creado: una oportunidad única se pasó por delante de Google y alguien decidió no desaprovecharla.
Pese a todo, las cosas con Google parecieron no ir muy bien: no tenían en cuenta sus ideas y en fin, no podían manejar tanto el futuro de Dodgeball como cuando eran una «simple» startup.
La salida de Google
En Abril de 2007, viendo el panorama, los chicos de Dodgeball decidieron dejar Google:
Dennis Crowley escribió este post en su blog, con cosas como «Toda la experiencia ha sido increiblemente frustrante para nosotros – especialmente porque no les hemos podido convencer de que DodgeBall se merecía recursos, dejándonos ver cómo otras startups conseguían innovar en el móvil+espacio social«.
En Febrero de 2009 Google lanzó Google Latitude, un servicio de geolocalización que te permitía saber dónde se encuentran tus amigos en un momento, si bien no aporta mucho más contenido relevante que precisamente éso.
El nacimiento de Foursquare
En Marzo de 2009 Dennis Crowley junto a Naveen Selvadurai decidieron crear Foursquare, pues seguía creyendo en la geolocalización y pensaba que la idea nativa de Dodgeball seguía teniendo mucho sentido.
Actualmente Foursquare tiene 4 millones de usuarios, aplicación en iPhone-Android-BlackBerry-Windows Mobile y ya se han invertido más de 25 millones de dólares en su desarrollo. ¿Lo echará de menos Google?
El problema de gestionar el talento en empresas tan grandes
No es oro todo lo que reluce, y Google no parece ser ajena a ello. Supongo que alguien en Google decidió apostar por Dodgeball, porque le parecía interesante, y ahora apostaría por Foursquare, pero por suerte o por desgracia una persona no siempre puede hacer todo lo que quiere en una empresa grande.
Y creo que ése es el principal problema de Google: el dilema de ser una empresa enorme pero querer tener la mentalidad y la innovación de una startup. ¿Dónde se quedará?
¿Problema? Necesito urgentemente un teléfono al que he llamado, pero recuerdo un día al que le llamé, sé que consta en una de mis facturas de Movistar, que sólo recibo por web.
Jueves 21 de Enero
Intento acceder a Canal Cliente desde mi Macbook: imposible, no termina de funcionar, no consigo descargar mi factura. Llamo al 609 (Atención al Cliente), la respuesta que dan es que la web de Movistar está optimizada para Internet Explorer 5.5 (un navegador del año 2000) en Windows, así que no van a asegurar un funcionamiento correcto más allá de esos parámetros, por tanto si quiero consultar mi factura me dicen que me vaya a un ordenador con Windows.
Creo que hasta el más mínimo usuario de Internet comprende que estamos ante una aberración, si se me permite la palabra: ¿tanto cuesta hacer las cosas bien? ¿Al ritmo que va Internet cómo se te ocurre siendo la empresa que eres optimizar tu web para un navegador de hace 10 años? No cuesta demasiado hacer las cosas para todos los navegadores, es posible a día de hoy.
Viernes 22 de Enero
En la oficina intento acceder a Canal Cliente con Internet Explorer 7 (de hecho Microsoft creo que ha recomendado actualizar mínimo hasta la 7, ya está la 8 online…y Movistar ha optimizado para la 5.5, que ha salido hace 10 años), parece que consigo bajarme el verificador primero y la factura después.
Pero otra sorpresa: la factura no está completa, sólo aparece la primera página en el PDF, con el resumen, así que vuelvo a llamar al 609. Explico el problema y la respuesta que me dan es que debería funcionar y darme todas las páginas. Le contesto que la teoría ya la sé yo, pero lo que no funciona es la práctica. La operadora responde que ella no puede hacer más, si quiero puede enviarme un duplicado de mi factura (tarda 7 días mínimo), pero la rechazo porque es algo urgente, para hoy.
Y mientras, sin el número de teléfono concreto. Seguiré actualizando este artículo…