Steve

Este artí­culo es continuación de Sobre la ausencia de Steve Jobs.

Steve Jobs nació fuera del matrimonio, fue dado en adopción al nacer, abandonó la universidad y luego cambió el mundo. ¿Cuál es tu excusa?

Traducción de este tweet.

Ey Steve,

Ya ves, te ha tocado como nos va a tocar a todos, vaya putada. Yo, al igual que John Gruber, siempre tení­a la esperanza de que fueses un poco más allá, un paso más allá, aguantar un poco más, aunque con las últimas noticias todos nos estábamos preparando de alguna u otra manera.

Comprende Steve, que para alguien que estudió en un colegió con traje y corbata a diario en una ciudad en la cual tu destino es hacer una carrera, comprarte un coche e hipotecarte ver a alguien que, una vez abandonada la universidad y tras irse por la India a descubrir el LSD presenta sus productos en vaqueros delante de todo el mundo consiguiendo cosas inimaginables hasta ese momento es, cuando menos, inspirador.

Porque gente como tú es la que nos fuerza a ser mejores, a levantarnos todos los dí­as con ganas de cambiar el mundo, a poner al usuario y al producto en el centro de nuestro foco dejando que lo demás venga solo porque tú nos has demostrado que arriesgando y nadando a contracorriente se pueden hacer las cosas igual de bien o incluso mejor.

Montaste una empresa con Woz, te hiciste millonario con 26 años, con 30 te despidieron personas que tú habí­as contratado, compraste Pixar y montaste NeXT llevando a los tuyos y a la innovación fuera de Apple, te la compraron, volviste a Apple y todo lo demás es ya historia. No solo montaste empresas, no solo inspiraste a tus empleados y a muchos de nosotros sino que 317 patentes de Apple a tu nombre revelan algo más: un creador.

Hiciste que pagásemos por la música cuando Napster estaba en su apogeo, sacaste un teléfono que parecí­a medio cojo pero era algo completamente distinto cuando la mayor innovación hasta el momento suponí­a el Nokia N95 y conseguiste plantar cara a todo un Sistema Operativo como Windows, pese a las constantes copias que os han ido haciendo.

Me vienen a la cabeza muchos momentos que pagarí­a por haber presenciado: En el 84 tu junta directiva rechazó tu famoso spot, que al final fue emitido gracias a que otro decidió pagarlo y apostar por él. ¿Te has dado cuenta cuántas veces los que te han dicho no el tiempo ha demostrado que estaban confundidos?

Desde mi primer iPod, de 20GB realizado con U2 que aún conservo en casa y con su caja original, hasta mi último iPhone 4 blanco, con tus productos aprendí­ a tener en cuenta la experiencia de usuario desde el exacto punto en el cual decides comprarlo y abrir su paquete. Aprendí­ sobre interfaces, sobre minimalismo, que menos es más, y realmente reparé en que tení­a todo un universo por descubrir que obviamente tus chicos y tú nos estábais ofreciendo.

Tí­o, yo soy uno de los que soñaron con ser Buzz Lightyear con Toy Story 1 y a los que le sacaste la lágrima con el final de Toy Story 3. Pixar supuso un enorme avance en todo aquello a lo que estábamos acostumbrados, a historias cortadas por el mismo patrón hasta que llegaron Bichos, Monsters Inc, Wall-e y demás historias que nos demostraron que no solo los niños viven de dibujos animados.

Reconozco que he debido de haber leí­do 3 ó 4 biografí­as no oficiales sobre ti, tus anécdotas y prácticamente cualquier cosa que se publicaba sobre tu manera de pensar, de hacer y de trabajar. Porque siempre me ha sorprendido que alguien sea capaz de estar orgulloso de algo como Photobooth o recientemente Cards el otro dí­a en la presentación del iPhone 4S. ¿A cuántas empresas de vuestro tamaño se les ocurrirí­a presentar algo así­?

Por suerte el mejor testamento que puede dejar alguien es todo el increí­ble legado de todo lo que has hecho en vida y aún con todo ello tengo por seguro que tu biografí­a autorizada, que sale en un mes, es algo que merecerá mucho la pena. Pese a ese inmenso testamento que nos dejas en muchas cosas, entiende que es inevitable sentirse algo huérfano pues para muchos tú suponí­as algo en una generación como la mí­a, que ha vivido sin grandes lí­deres: no creemos en la polí­tica y tenemos la sensación de estar de vuelta de todo.

Aunque algunos se hayan subido al carro del oportunismo otros lo han confesado desde el fondo de su corazón: has inspirado a gente como los fundadores de Google o de Facebook, ¿Sabes realmente la que has liado? Descansa porque has conseguido con creces eso de cambiar el mundo, has ayudado como pocos en conseguir crear un nuevo horizonte donde antes se empezaba a vislumbrar un poco de luz. Think different, maldita sea. Ahora sí­ que el cielo va a molar.