La contaminación en Madrid

íšltimamente me encanta el blog EcoMovilidad, ganaron han sido finalistas de un Premio Bitácoras hace no mucho y creo que merecido: en el caso de su edición de Madrid han decidido cambiar su cabecera adaptándola a la contaminación actual de Madrid.

Además han escrito un artí­culo muy muy interesante sobre la moratoria de contaminación de Madrid, con propuestas que deberí­a tener en cuenta el Ayuntamiento. Leo sobre el mismo tema en una noticia de El Paí­s:

Ana Botella trató ayer de quitar hierro al hecho de que Madrid incumpla la legislación. También se quejó de que la directiva europea «ha puesto unos parámetros muy difí­ciles de cumplir».

Más de uno se sorprendió cuando, durante la comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Botella reconoció el incumplimiento. Era la primera vez. Hasta ahora, y pese a que Madrid ha estado superando ampliamente (en los últimos años, un 30%) los valores lí­mite, el discurso del Ayuntamiento ha consistido en negar el problema, alegando que no se vulneraba ninguna norma.

El Ayuntamiento cambió la red de medición en enero de 2010. Eliminó algunas estaciones, cambió de sitio otras y añadió alguna más. Entre las que desaparecieron estaban precisamente las que peores datos habí­an registrado el año anterior, es decir, las situadas en las zonas con más tráfico de la capital, como la Castellana.

Trabajo en San Sebastián de los Reyes, a 20 kilómetros de Madrid, en un polí­gono donde están otras muchas oficinas grandes como las oficinas centrales y platós de Antena 3, Grupo Transhotel, Telepizza, etc…

Sin contar, además, el ya de por sí­ denso tráfico que tiene la A1 (Carretera de Burgos), por donde va toda la gente que trabaja en Alcobendas y en el Polí­gono de La Moraleja (Jazztel, Fon, Procter and Gamble), más gente que trabaja en Ikea, Plaza Norte, etc…

Pero hablaré de nuestro caso concreto. Las alternativas son: coche, autobús desde Plaza Castilla o Metro. El Metro es prácticamente inviable, por lo que tarda y porque no hay una parada muy cercana, estamos a medio camino entre Reyes Católicos y Hospital del Norte. Tampoco hay un Cercaní­as a mano.

La alternativa, el autobús, que va de Pza Castilla al propio polí­gono, y que usan ya de por sí­ muchos trabajadores a diario, el 90% del bus se vací­a en la parada donde yo me bajo. ¿Cuál es el problema? Que no hay un bus directo y al final la alternativa del coche es mucho mejor, aunque tengas atasco.

Recorrido que hace todo el mundo en coche: 18km / 23min

Recorrido en Metro: 42min

Recorrido que hace el autobús: 13,8km / 22min

Tenemos, por tanto, tres alternativas:

  • Coche: 23min.
  • Metro: 42min
  • Autobús: 22min, sin contar paradas.

¿Cuál usarás? Sobra decirlo. Lo comentaba el otro dí­a: si quieres que alguien tenga un comportamiento, hazlo atractivo, y actualmente usar transporte colectivo para miles de trabajadores del Norte de Madrid no es atractivo y por tanto no se usa, al menos para reducir bastante los niveles de atascos y de contaminación.

En el centro de la ciudad las cosas son un poco distintas: cada vez más gente tiene bici y el tema de coche está funcionando por iniciativa privada con cosas como el car sharing de Hertz, que me parece un genial invento: alquiler de coche por horas para momentos concretos, usa el transporte público en el resto de ocasiones.

¿Cómo lo véis vosotros?

El problema de la indiferencia

Cuando algo te deja indiferente, normalmente es que hay algo que no funciona. Y si es el caso de algo artí­stico, aún peor.

Anoche tocaban Arcade Fire en Madrid, ni más ni menos que en el Palacio de los Deportes, un lugar reservado a grandes bandas (Shakira tocó el Viernes, por ejemplo), y lo tení­an lleno desde hace ya un tiempo.

El problema de la indiferencia

Pero el problema vino de que me dejaron indiferente, y lo peor es que no he sido el único. Estaba en 3ª fila, los habí­a visto en 2007 y me habí­an gustado… tení­a las suficientes expectativas, que no eran muy altas.

Al salir del concierto escuché de varios amigos (que no todos estaban conmigo en el concierto) declaraciones como:

  • «Nos hemos tenido que cambiar de sitio en grada porque no se escuchaba nada.»
  • «40 euros yo no los vuelvo a pagar por una banda así­.»
  • «Me han parecido un bluf.»
  • «La semana pasada llegamos a llorar de la emoción aquí­ con Interpol, hoy ni mu.»

Y cosas de ese estilo. El problema -creo- es que la prensa, a no ser que seas muy cafre, tocando en un sitio grande como el Palacio de los Deportes, te va a poner bien. Varios de los titulares de hoy: Arcade Fire ofrece un concierto arrollador en un Palacio de los Deportes de Madrid repleto hasta sus lí­mites, Arcade Fire ventila los pulmones de sus fans, Arcade Fire se reivindica como una de las grandes, aunque una de las crónicas llega a destacar que «el cantante de Arcade Fire pidió disculpas por el alto precio de las entradas». Al menos en los blogs musicales se ve un poco más de objetividad y no hablan tan bien del concierto: crónicas en Hipersónica y en Jenesaispop.

Hay aspectos que no voy a negar, como la capacidad de llenar 15.000 asientos o más como el del Palacio de los Deportes con gente coreando tus canciones, pero te quedas con la sensación de que faltó algo. Cuando pagas (otro pastizal) por ver a U2 o a Muse por ejemplo sabes que vas a tener un show asegurado, y que quizá los músicos sean de lo de menos (que no quitan que sean geniales), pero en este caso… me han dejado indiferente.

Lo bueno que es no dejar indiferente

Los teloneros de Arcade Fire. No los conocí­a nadie, al menos de los que iban conmigo. Se llamaban Fucked Up y eran canadienses.

Tres guitarras, un bajo, un baterí­a y un cantante obeso y rapado que era un auténtico frontman, en su absoluta definición: saltó al público, se estampó una lata en la frente, se poní­a a cantar en medio de todos nosotros en las primeras filas…

Y lo que querí­a decir: no me han dejado indiferente. No me gustaba su música pero sé que en dos años me preguntarás por los teloneros de Arcade Fire en Madrid y lo recordaré por aquellos cafres que nos hicieron divertirnos un buen rato, no como el 90% de los teloneros.

Me vino a la cabeza con los teloneros el concierto de los Sex Pistols en 2008 en el Summercase, poder entonar rodeados de miles de almas el No future for me te hace ser partí­cipe de algo un poco inolvidable. No eran los Sex Pistols originales pero tení­an un frontman que no te dejaba indiferente. Unos músicos bastante buenos y un cantante provocador como ninguno, bebiendo y escupiendo Jack Daniels ante el público y unos coros al final del tema brutales:

Y es por todo ello que creo que, en esta vida, musicalmente o personalmente en tus relaciones con la gente, no puedes dejar indiferente al resto.

Madrid, ciudad zombi

Madrid Zombi
Madrid, dependiendo cuándo y qué visites, es una ciudad u otra, la capital polivalente. ¿Que vas a Sol? La ciudad guiri. ¿Que vas de noche por la calle Montera? La ciudad putera. ¿Que vas al trabajo a las siete y pico de la mañana? La ciudad zombi.

En este mes que estoy estrenando el intercambiador de Plaza de Castilla a horas tempranas ya he visto de todo en cuanto a situaciones zombis: un señor intentando meter insistentemente (lo intentó como 5 veces) algo que no era el abono del metro en la entrada, una señora que pierde el Metro por no abrir la puerta cuando estaba parado y subirse… cosas que no creerí­ais. Pero lo mejor ha venido hoy.

Lunes, Agosto, siete y pico de la mañana. Subo andando Bravo Murillo, aprovechando el genial fresco mañanero que pegaba por la capital. El semáforo de entrada a Plaza de Castilla (donde el obelisco) estaba en rojo, y estaban varios coches esperando. Sube una ambulancia con las luces y las sirenas por Bravo Murillo, justo el semáforo se estaba poniendo en verde. ¿Qué pasó?

Que no sólo los conductores no se dieron cuenta del semáforo sino que no se enteraron de la ambulancia, que tuvo que pitar para que los conductores reaccionasen, arrancasen y se apartasen: una conductora se estaba pintando los ojos, el otro estaba con cara de dormido… un panorama.

Así­ que aquí­ os lo digo, señores del Interurbano de Madrid: pongan a prueba transporte coche-cama a Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Getafe, Móstoles y demás. Arrasan.

(La foto es de Mauro)

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Asientos VIP de Cinesa, una estafa

Buscando algún cine céntrico llegué a unos cines en Prí­ncipe Pí­o, los Cinesa del Centro Comercial.

Reservé la entrada a través de internet (2,50€ de gastos de gestión, olé tú Servicaixa) y allí­ me fui a algo llamado «Asientos VIP». Creo que costaba 1 euro más, y como soy un curioso de esas cosas lo quise probar; también diré que sufro de la espalda y supuse encontrarme algo cómodo.

Llego a los cines, 30 minutos antes de la hora de comienzo de la pelí­cula, con mi entrada impresa, esperando que abriesen las puertas 30 minutos antes -creí­ que era un estándar éso- pero resulta que no, así­ que allí­ tengo que estar de pie esperando, contemplando un cartel que poní­a «Esperen», hasta 5 minutos antes de la hora de comienzo de la pelí­cula que poní­a en mi entrada. En fin, me dan las gafas (pagadas de antemano por otro €, me hace gracia que luego tengan contenedores para que se las devuelvas) y entramos a la sala.

Y allí­, los asientos VIP: 3 filas de asientos centrales, con unas butacas más amplias. Ya está, punto, nada más. En fin, allí­ me siento y descubro que la butaca está desanclada y se mueve más que una mecedora; compruebo con mi mentalidad de provincias que no es algo tí­pico de los cines de la capital -igual es una feature– pues el resto de asientos parecí­an no moverse. Comienzan los dolores de espalda, de estar de pie tanto tiempo y del asiento bailón.

Llega la hora de comienzo de la pelí­cula por la entrada y siguen los anuncios, y siguen: Cinesa, Iberia plus, Cinesa, etc etc etc… la pelí­cula comenzó 15 minutos después de la hora estipulada por la entrada. Soy una persona que adora la puntualidad y por ende odia la impuntualidad como es este caso, lo cual me obligó a salir 15 minutos más tarde de la hora que habí­a pensado salir del cine, tení­a que hacer unas compras después.

Total, termina la pelí­cula y allí­ yo con mi cabreo de la espera, el asiento y los anuncios me dirijo a las taquillas para reclamar. En mi trabajo en las oficinas de Telepizza tengo que lidiar muy a menudo con clientes que se quejan en redes sociales y sé lo que es, así­ que por una vez que cambian las tornas…

En taquilla me dicen que tienen mucho jaleo, que vuelva a la entrada porque allí­ tienen cerca a un gerente. Vuelvo, otros 5 minutos de pie esperando mientras buscan al encargado, le comento la situación, entramos en la sala (con gente sentada en la butaca de nuevo) y comprueba que es cierto, la butaca está mal. Me pide las disculpas y me devuelve el precio de la entrada, salvo los hermosos 2,5€ de gestión que se queda Servicaixa.

En fin, me hago varias preguntas:

    • ¿Así­ es como queréis acabar con la piraterí­a? ¿Pagando 13 euros por una entrada de cine y haciéndome tragar 15 minutos de una publicidad que además retrasa la hora de inicio marcada en la entrada?
    • ¿Por qué le llamáis VIP cuando de VIP no tiene nada? Lo comentaba en Twitter: los clientes potenciales de algo así­ preferimos pagar 2 ó 3 euros y tener algo de calidad que pagar 1 euro como este caso y sentirte estafado. ¿Qué podrí­as ofrecer? Unos asientos para esperar, por ejemplo, una barra de bar cercana, atención personalizada, aviso de la hora de comienzo real de la pelí­cula…

No me quejo del trato de Cinesa, que han visto el problema y lo han solucionado bien, sino de un producto pésimo, realmente pésimo. La próxima vez volveré a los Cines Renoir o, si quiero una pantalla grande a Kinépolis; la última vez que estuve no estaba tan mal, al menos guardo una buena imagen.

Trucos para sobrevivir en Madrid

¿Nuevo en Madrid? Welcome to the jungle. Escribo este artí­culo para comentar cosas puntuales que me han ayudado en mis primeros dí­as en Madrid… y también para que comentéis los vuestros, que seguro me estoy dejando mil cosas en el tintero.

Ahí­ van varios trucos:

  • Comprar el abono de transportes es una odisea: yo terminé encontrando un sitio que vendí­an el carnet en el estanco de Calle Galileo 66 (Metro Canal-Islas Filipinas). Cuidado con las zonas: A-B1 y demás… A es sólo si te desplazas por el centro, el B1 ya incluye Alcobendas, Sanse, Sur de Madrid… cuidado con éso.
  • En Madrid los buses NO PARAN. Supongo que porque las paradas suelen tener varias rutas y serí­a un coñazo, pero acostúmbrate a levantar el brazo cada vez que viene un bus. No es el primer interurbano que pierdo por levantar demasiado tarde la mirada del libro…
  • Otra historia del transporte público, especialmente si usas el Interbús, que son los autobuses (verdes todos, creo) que conectan Madrid con otras poblaciones como Alcobendas, Getafe, Móstoles y demás. Te cuento mi anécdota mi primer dí­a de trabajo: tení­a que subirme en el bus por ejemplo «RUTA 100C : Madrid – Punto A«. Bien, el bus resulta poner en su frontal: «C10: Punto B»«, así­ que si ves que el número es parecido para el bus y pregúntale al conductor. Yo, que soy hombre prevenido, salí­ de casa con 1 hora de adelanto y terminé llegando a la oficina en hora, habí­a dejado perder 3 autobuses de esa lí­nea.
  • Planifica tus horarios. í‰sto es vital y te lo dirá cualquiera: Madrid es un pequeño caos y el trayecto que planeabas en 30 mins se va a hacer de 1 hora: retrasos de Metro, atascos, lo que sea, especialmente en fines de semana cuando el transporte público suele tardar algo más. Si no estás acostumbrado a una gran ciudad…. acostúmbrate.
  • Si buscas piso no subestimes a los porteros, generalmente controlan de edificios que se venden en la zona y por ello si andas buscando piso en una zona concreta acércate al portero de algún edificio (si lo tiene) y no dudes en preguntar.
  • Acostúmbrate a no conocer a nadie. Sí­, también quizá te toque acostumbrarte un poco a la soledad y a que si vas un dí­a en bragas por la calle tampoco te digan nada, en Madrid cada cual va un poco a su aire.
  • Un detalle puntual, aunque más para cualquiera que visite Madrid: hay una regla no escrita en el Metro-escaleras mecánicas que dice que si no tienes prisa te pongas a la derecha, dejando un hueco a la izquierda para la gente que tiene prisa…pues éso.
  • Si no llegas a fin de mes hay sitios chulos donde comer o tomar pinchos por cuatro duros: Bar el Tigre (Calle Infantas,Metro Gran Ví­a) que siempre está abarrotado, Bar el Palentino (Calle Pez, Metro Tribunal) que es un mí­tico -espero siga abierto- con copas a 3 euros, cañas a 1 y bocata de lomo 1,70. También el Chino de la Plaza de España (en un subterráneo está) tiene menús por menos de 10 euros.

¿Cuáles son vuestros trucos?

(Foto :Yume)
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Tomando aire

Hace unos dí­as que no tengo tiempo para tocar éste, mi blog; en realidad desde el Lunes a las 6.30horas hasta hoy, Sábado a la 1.30 de la madrugada, no he tenido tiempo ni para respirar siquiera. Cae aquí­ otro artí­culo muy personal, pero es que con el cambio nuevo a Telepizza sé que muchos leéis mi blog para ver cómo me van las cosas, así­ que intentaré hacer un resumen…

Una semana ya, y en serio que me ha parecido la vida entera. El Lunes fue un aterrizaje brutal, salí­a a las 17h de la oficina con una sensación tremenda de caos, que se fue aminorando el Martes pero con un Miércoles en el que sentí­ que ya tení­a la rienda de bastantes cosas. Este Jueves y Viernes no he estado por la oficina, porque en el plan de formación de cualquier empleado de Telepizza -oficinas- pasa un par de dí­as en tienda, aprendiendo la base del negocio, así­ que allí­ he estado metiendo y sacando pizzas del horno, aprendiendo cómo recoger pedidos (y lidiar con clientes conflictivos)… básicamente cómo funciona una tienda Telepizza. Y os sorprenderí­ais de su complejidad, que visto desde fuera no lo parece.

Con una semana… ¿Puedo valorar mi oficina y sus compañeros? No lo sé, pero quizá sí­ un poco; y es que noto una cosa: trabajo con verdaderos cracks que ni os imagináis, personas especializadas en ámbitos muy concretos (al menos en marketing y alguno más que conozco) y que dan el 200% de su capacidad, me he sorprendido con la excelente labor que hacen algunos de mis compañeros.

Por tanto, ¿sensación de tener el listón alto? Sí­, definitivamente, pero no por ello me voy a amilanar ante el semejante reto que tengo por delante. Me siento escalando los primeros metros de un Everest que tengo por delante en los primeros meses. Y como es difí­cil escalar el Everest de un tirón para ello hay campos base, objetivos, estrategias…. para ir poco a poco, estableciendo prioridades, reuniones con representantes de varias redes sociales, de proyectos….

El Lunes ya no tendré Plan de Formación, así­ que estaré en la arena a tiempo completo. Las oficinas son geniales -y enormes, por cierto, lo de tener tarjeta de empleado para mí­ es nuevo– y como os dije un equipo tremendo, tremendo, en el que me estoy apoyando para algunas cosas con un recibimiento genial.

Y aparte de la oficina, ¿Cómo me va la vida en Madrid? Me va, empiezo a sentir la sensación de jungla de asfalto, quizá también por la huelga de Metro con la que me recibió o quizá por el verano, pero ya me voy acostumbrando a los Interbús, EMT, horarios y planificaciones en una gran ciudad. Pese a todo el caos me gusta poder bajar un rato a zonas a las que antes sólo iba «cuando bajaba a Madrid» algunos fines de semana, tengo más cerca muchas cosas que me gustan, y que son las que me están aliviando algunas penas estos dí­as…

í‰sto es el principio de algo más grande, de algo mucho más grande. Y que vosotros lo veáis.

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Una nueva vida: Madrid, Telepizza

Hace unos dí­as dejé Internet Advantage y tras 5 años dejé Salamanca atrás; curiosamente el Sábado cumplirí­a un año trabajando allí­.

Pero los que me seguí­s por Twitter o por demás redes sociales ya lo habréis leí­do: dejo Salamanca y empiezo en Madrid como Responsable de Social Media en Telepizza España; un puesto con una tremenda responsabilidad y unos retos enormes por delante.

Venir a vivir a Madrid no fue una opción fácil de tomar: primero porque tampoco fueron fáciles las pruebas que tuve que superar para entrar a trabajar aquí­ –alguno al que se las conté no se las termina de creer– y porque tras 5 años acomodado en Salamanca costaba despertarse un poco y empezar casi desde cero.

Porque pese a errores que haya podido cometer en el pasado, cosas de las que me pueda arrepentir, tengo la sensación de empezar de cero, de tener la oportunidad de hacer las cosas bien, de hacerlas aún mejor, de conocer a nueva gente, en una nueva ciudad y con miles de cosas por aprender.

Poco a poco os iré contando más cosas de mi nuevo trabajo: ni os imagináis la lista de tareas que tengo por delante para asumir… pero también reconozco que 3 de cada 4 son geniales y apasionantes, tanto para mí­ como para vosotros como blogueros. Estad atentos.

Consejo para los que pedí­s pizza a Telepizza y como en mi caso no os gusta mucho la masa mediana-familiar: la masa fina o la provenzal está mucho mejor. Palabra.

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Las páginas web oficiales no informan de la huelga del Metro

Hoy hay huelga en el metro de Madrid: 2 millones de personas como pollos descabezados por la ciudad adelante, ya lo habréis leí­do en Twitter y demás sitios. Lo curioso de todo esto es que es un buen momento para valorar cómo andan las administraciones en cuanto a uso de Internet, qué mejor dí­a para usar Internet para informar en tiempo real, como por ejemplo el especial de Eskup-El Paí­s sobre la huelga de Metro, en tiempo real. Geniales.

A lo que voy: la web de Metro informa de la huelga diciendo que hoy habrá un mí­nimo de 50% de trenes y que las estaciones estarán abiertas. Suspenso 1.

La web de la EMT (Empresa Municipal de Transportes, autobuses urbanos) lleva caí­da toda la mañana. Un responsable de la EMT ha dicho a los medios: «Estamos recibiendo tráfico de 5 a 8 veces mayor a lo habitual»… ¿Realmente no se lo esperaban? ¿En serio?

Caos, caos y más caos. No sólo por la actitud de unos sindicatos que cada vez están más fuera del mundo sino de unos organismos oficiales que están a años luz de ser un 50% de útiles de lo que son muchos organismos urbanos en Estados Unidos…

Esa España tan entrañable

Un ejemplo: jueves 19, San José, dí­a de sol primaveral en Madrid. Apetece el aperitivo en una terracita. En la Castellana, por ejemplo. Me siento en la del café Gijón (¡craso error!); comanda: dos cañas; factura: 11,40 euros (¡¡CASI 2.000 PESETAS por dos cervezas). ¡¡¿Estamos locos o qué?!! Ok: el idiota fui yo por sentarme en semejante sitio, pero antes te tení­as que ir a pedir un café en la plaza de San Marcos de Venecia para que te dieran una puñalada como ésta. Ahora te la pegan en casa. Es lo que tiene la globalización.
[…]
A mi me ha pasado de todo. Desde frenar de repente y pedirme que abandonara el taxi al enterarse de que iba a una dirección demasiado cercana («llevo aquí­ esperando mucho y esa carrera es muy corta») hasta tratar de darme un tour por el Madrid de los Austrias pensando que era forastero aunque en realidad yo iba a La Vaguada. Y he visto de todo: decirle a un cliente extranjero que no lo llevan porque tiene muchas maletas o avergonzar hasta el llanto a una chica porque trataba de subir con un perrito dentro de una de esas cajas especiales de viaje homologada por las lí­neas aéreas. No entiendo por qué puedes hacer un Londres-Sidney en avión con tu mascota, pero la cosa se complica cuando pretendes hacer un Barajas-Lavapiés a bordo de un coche blanco con una raya roja.

Más en Esas entrañables cosas, tan nuestras, que siempre te esperan cuando vuelves a casa (uno, dos y tres), encontradas gracias a Rosa.