En 2016 este blog cumple diez años, aunque empecé en 2004 con un blog personal anterior. También llevo 10 años en Twitter y creo que es buen momento para hacer un poco de memoria.
Han pasado diez años y sigo pensando que un blog alojado en tu propio servidor sigue siendo uno de los mejores proyectos posibles hoy en día en internet. Creo que los pros superan ampliamente a los contras (capacidad de llegar a mayor audiencia como sucede en lugares tipo Medium, etc…).
Un blog/medio en tu propio servidor supone libertad. Y esa libertad supone poder mover tus datos donde quieras a donde quieras, supone poder hacer desarrollos por encima sin estar encajonado a unas funcionalidades que quizá no te encajen a tu proyecto al 100%. A corto plazo puede que la decisión esté igualada, a medio y largo plazo la duda es imposible.
Recuerdo perfectamente que uno de los motivos por los que me contrataron en mi primer empleo, en Internet Advantage, fue porque tenía un blog, había ganado algún premio por ahí, y ellos confiaban en aquel momento bastante en todo lo referente al Marketing de contenidos. Así que tengo bastante que agradecerle al blog.
Tener un blog me ha ayudado a descubrir a gente fantástica y a aprender muchas cosas mediante toda esa gente. Gente que voluntariamente y de manera altruista en muchos casos decide crear contenido acerca de lo que controla o lo que le gusta, como es mi caso. Creo que, diez años después, los motivos para abrir y mantener un blog siguen siendo los mismos.
En 2006 Nacho Escolar ya destacaba con Escolar.net y hoy es director de eldiario.es, uno de los periódicos digitales más leídos en España. También empezaba a destacar la gente de Weblogs SL cuando comenzaban Xataka y algún blog más donde yo llegué a escribir en aquel año; en 2016 ya han sobrepasado 11 millones de usuarios únicos mensuales y están dando pasos para construír algo todavía más grande. Y todos comenzaron con un blog, con la paciencia y constancia suficientes para generar audiencia a medio plazo, creando contenido diferencial y de valor. No hay ningún secreto.