Hola amigo,
Te escribo porque he visto algo en tu cuenta de Instagram que me ha alarmado un poco y me ha hecho pensar en varias cosas. De la noche a la mañana te has visto con más de 100.000 seguidores gracias a tu buen gusto a la hora de sacar fotografías y, sin duda alguna, tu perseverancia.
Pero, lo cierto aún con todo, es que para mí no es un fenómeno nuevo. Yo fui de los primeros en tener Twitter en 2006 y viví esos procesos, siempre tan cíclicos, de tránsito de la inocencia en la relación con marcas hacia una relación totalmente mercantil con miles de agencias y representantes por el medio.
Te entiendo, joven influencer, cuando te veo aceptar cualquier regalo: hace años nos regalaron a unos cuantos bloggers el smartphone del momento, un Nokia E65 que tenía WiFi y correo electrónico, algo que era impensable en aquellos años. Me conoces y sabes que he estado en un lado y en el otro: fui blogger, en 2010 negocié para Telepizza una colaboración con Cálico Electrónico y su genial artista creador, luego trabajé en The Cocktail con marcas como Heineken (bloggers influencers), Shandy Cruzcampo (youtubers) o Mercedes-Benz (bloggers de moda) y su relación (a menudo particular por lo complejo que se había vuelto el sistema). Y ahora en NH me ha tocado recientemente lidiar con alguna que otra colaboración. Si me permites algún consejo, desde el cariño que te tengo y lo que he aprendido a base de mis errores:
- No digas sí de entrada, pero tampoco digas no. Evalúa con calma todo lo que te llegue, porque te llegarán mil ofertas. Piénsalo en frío y en caliente, duda un poco.
- A la hora de valorarlo, piensa en si tiene sentido para ti y para la gente que te sigue. Si tus colegas y tú estáis en los 20-25 años y un estilo bastante hipster, ¿crees que tiene sentido que promociones una marca de vino blanco? Lo más probable es que la marca no tenga ni idea y la agencia haya ido simplemente a por ti por una cuestión de volumen. Pregúntate si tu audiencia lo vería lógico.
- Pon límites. La marca querrá meter su hashtag y otras cosas que probablemente no queden naturales. Condiciona que tú redactes y tengas control sobre el contenido, aunque ellos también se vean implicados y tengan cierta aprobación. Tranquilízales teniendo tú el control.
- Piensa en la credibilidad y en el largo plazo. De verdad, lo tienes tan en la palma de la mano que te parecerá una tontería, pero a largo plazo tu audiencia probablemente se canse de ver una y otra marca pasando. No te plantees inicialmente vivir de ello, piensa en tu criterio como una inversión a largo plazo, donde solo las colaboraciones que tengan sentido y que aporten valor se queden.
- Sé profesional. De verdad: da métricas, reportes, da números grandes, siente empatía y ponte en el lugar del cliente, que probablemente tenga que defender delante de su jefe de turno que mereces la pena. Prepárate un documento que puedas dar inicialmente a marcas para que te consideren. Si facilitas la vida a tus interlocutores tienes más papeletas de seguir colaborando con marcas.
Probablemente leas todo esto y pienses que queda mucho camino por delante pero de verdad, joven influencer, a largo plazo verás los grandes resultados de tu criterio y perseverancia. Simplemente no caigas en los errores en los que otros hemos caído, porque al final da igual si eres blogger, youtuber o instagramer, las marcas te querrán por tu audiencia y tú los querrás por lo que te ofrezcan a cambio. Procura que todos (sí, tu audiencia también) estéis a gusto.