Lo nuevo y lo pasado (en la manera de consumir noticias)

Ayer estaba dándole vueltas a mi último artículo «Lo nuevo y lo pasado» y he decidido continuarlo. Porque de vez en cuando me sigo encontrando cosas que me recuerdan a cosas pasadas y son al fin y al cabo ideas que siguen teniendo sentido. Como por ejemplo, todo lo relacionado con nuestra manera de consumir noticias.

En los tiempos en los que la tecnología era otra, podías no cambiar de canal, porque solo había uno, tenías que esperar a las horas en punto para escuchar «el boletín horario» o tenías que esperar a que abriese el kiosko (o el VIPS) para comprar el periódico y enterarte de las noticias. Por suerte, la tecnología ha ido avanzando y nos permite, como consumidores de información, tener más libertad a la hora de decidir cuándo y cómo consumimos las noticias. Pero, en mayor o menor medida, el formato sigue igual.

Nuevos planes, idénticas estrategias

Desde hace un tiempo estoy bastante curioso sobre la evolución de la TV como plataforma. Una TV es algo normalmente grande que tenemos en nuestro salón y que es un lienzo sobre el cual cada vez elegimos más lo que ver y cuándo poder verlo; cosas como el Apple TV o Netflix/HBO ayudan. Esta semana, sin ir más lejos, ha salido app de Atresplayer para Apple TV; no es la primera en España pues también El País lanzó hace unos meses su app para Apple TV.

El problema es, que seguimos sin adaptar demasiado los contenidos al nuevo canal, nos limitamos inicialmente a meter «lo antiguo» en «lo nuevo», sin aprovechar todas las bondades que el nuevo canal nos da. Por ejemplo: ¿ya que el consumo de contenido es bajo demanda, por qué no producir una versión corta del informativo para poder verlo cuando uno quiera y que no tenga que ver el informativo completo que se emite en TV?

Hace años, por carambolas del destino, estaba en las oficinas de una gran radio de este país, donde con más gente presentábamos una propuesta para sus marcas. Y les transmití algo similar a lo que vengo contando aquí: ¿por qué tengo que escuchar lo que la emiten en sus canales de radio si puedo escuchar muchas más cosas? E iba principalmente hacia dos casos de uso:

  • Momento partido de fútbol u otro evento similar: ¿por qué no hacer un «canal II» solo disponible online con otro tipo de programación? Por ejemplo, el programa informativo que se suele emitir de noche. El público deportivo escuchará el partido, al que le interesen las noticias escuchará el programa de actualidad.
  • Momento me apetece escuchar sobre algo concreto: con el ingente archivo que tienen, ¿por qué no organizarlo y ponerlo a disposición de la gente, incluso bajo una suscripción pagada, y cambiar la manera en la que escuchamos radio? Por ejemplo, podría bucear y pasar una tarde escuchando entrevistas y/o intervenciones de Fernando Savater en su radio porque me apetece o porque quiero profundizar sobre él. Incluso ayudaría para el anterior punto: si hay un partido de fútbol, igual prefiero que me facilites escuchar algo acorde a mis gustos, que lo sabes porque escucho a través de tu app.

Experimentos (con gaseosa)

Pese a todo, en el pasado han existido intentos de hacer las cosas de maneras distintas. En muchos casos, como nos sucede a menudo en Internet, con cosas que tenían sentido pero que quizá fueron lanzadas demasiado pronto. Por ejemplo:

  • Hace años, El País permitía personalizarte un periódico con tus secciones favoritas e imprimírtelo en un A4 si querías leerlo por ahí. No encuentro ahora información sobre aquello, pero yo creo que debió ser sobre 2005-2007. Luego llegó el iPhone y lo cambió todo.
  • Las cinco del día fue un proyecto de Furilo en torno a 2009 que se limitaba a mostrar las cinco noticias más importantes del día si no tenías tiempo para leer demasiado. Un poco el concepto que comentaba sobre Atresplayer: si los contenidos son bajo demanda, ¿por qué no adaptar los formatos a ese tipo de consumo «exprés»?

El futuro

Pues, como en muchas cosas, el futuro va de estar muy atento a lo que se hace por ahí y a poder realizar pequeños experimentos de prueba y error, descartándolos si no tiene sentido y desarrollándolos si parece que pueden llegar a funcionar. El futuro nos va en crear ecosistemas donde se pueda experimentar sin miedo a fallar. Y, sobre «estar muy atento a lo que se hace por ahí», bajo mi punto de vista hay dos referencias habituales: Quartz para la prensa y NPR para la radio. Un par de ejemplos:

  • NPR One app: una app que va conociendo tus gustos y te va mostrando «piezas» de noticias que puedes ir saltando de una a otra como si de canciones se tratase. Adaptación del formato a ese consumo de «picoteo».
  • La nueva app móvil de Quartz, que tiene desde mensajería hasta pruebas con bots.

Y, como bola extra, mencionar la nueva promesa: el Washington Post. El periódico, ahora comprado por Jeff Bezos (fundador de Amazon), está replicando la misma estrategia que hicieron con Amazon AWS en el pasado: desarrollar tecnología propia y licenciarla a terceros para su uso. ¿Y qué tecnología tiene un periódico? Principalmente, su gestor de contenidos, mediante el cual se escriben y gestionan las noticias: bienvenidos a Arc, el CMS del WaPo:

The Post offers Arc through a tiered pricing model that starts at $2,000 per month and increases based on the amount of data used by each news organization. The second pricing tier, for news organizations that use more than 10 terabytes of data, is typically between $5,000 and $9,000 per month.

Fuente: Poynter.