Creo en la idea de internet como un lugar generoso donde poder compartir y utilizar lo que otros han compartido antes. Creo en el poder del código libre pues, al fin y al cabo, este humilde blog que ahora cumple 20 años usa una tecnología de código abierto como es WordPress.
Por eso me gusta mucho cuando Matt Mullenweg, el creador de WordPress, comparte ideas y aprendizajes acerca de la tecnología que usa, incluso también de la que emplea para hacer videollamadas con todos sus equipos esparcidos por el mundo.
Con uno de esos artículos comencé a curiosear acerca de las opciones que los puertos USB-C tienen. Por suerte vivo en Europa, un lugar donde se ha legislado para obligar a que prácticamente toda la tecnología a la venta sea USB-C. Habrá gente que diga que esto fomenta la falta de innovación, yo creo que aún hay un margen razonable para innovar.
El gran cambio: monitor con entrada USB-C
Es posible que te suceda lo que a mí: tienes un ordenador para trabajar y otro personal. Y eso, con la llegada del teletrabajo, puede resultar ser un poco lioso a la hora de desenchufar una cosa y enchufar la otra. Es aquí donde entran los monitores USB-C: un solo cable para gobernarlos a todos.
En mi caso fui adelante con el AOC 24V5CW: un monitor no excesivamente caro, con conexión USB-C, altavoces y webcam integrados, de tal manera que una vez enchufes el portátil por USB-C podrías usar en el sistema la webcam del monitor y guardar plegado el portátil debajo del monitor. El receptor del teclado y del ratón están conectados por USB al monitor, así que para cambiar del Mac personal al PC del trabajo solo desenchufo un cable y en cuestión de segundos estoy trabajando en otro ordenador que además se sigue cargando; adiós a ese horrible «desemparejar Bluetooth – emparejar Bluetooth» con cada cambio. Por curiosidad también probé a enchufarle mi iPad Mini por USB-C y, casualidad o no, también funciona.
Para alguien que viaja con relativa frecuencia y que tiene tendencia a olvidar alguna cosa fuera de la maleta con las prisas estandarizar un gran número de cables posible en uno solo es una bendición: un cargador USB-C de 100W con un cable que sirve para el teléfono, los portátiles, las tabletas y casi cualquier cosa es una bendición para cualquiera que viaja.