Es genial poder vivir situaciones como la que está pasando con Google Reader, un producto no muy destacado pero sí muy usado entre early adopters ante lo cual existe bastante potencialidad de cara a hacer cosas y hacerlo crecer en el futuro, pero que bajo mi punto de vista ha sido sentenciado de muerte tras haberle quitado su componente social nativo y pasar a integrarlo en Google+.
Es curioso: tienen en la empresa a Google+, el nuevo niño de la casa, por el que todos parecen apostar bastante (bueno, casi todos) y que ha resultado tener una aceptación bastante mediocre (qué mejor KPI que uno que te diga que si 100 millones de personas usan tu producto y no vuelve casi ninguno tienes un pequeño problema).
Pero pese a todo ello, en Google han decidido seguir apostando por Google+, nada más y nada menos que cargándose una funcionalidad usada por muchos en Google Reader y haciendo una integración bastante mediocre con Google+, que nadie usa y por tanto, además de ser inútil es un pequeño insulto para muchos.
Uso Google Reader desde su segundo «rediseño», allá por 2008 ó 2009, pues recuerdo que hasta aquella Bloglines (y Netvibes un poco menos) dominaba el sector de lectores de RSS en Internet. Todo fue bien, creció y le metieron funcionalidades bastante interesantes como la de compartir contenidos interesantes con tus amigos. Hasta hoy, claro.
Así que el mundo tiene a una legión de early adopters huérfanos, que han llegado a reunir 10.000 firmas para pedirle a Google que deje Google Reader como está, esperando a que pase algo tipo Facebook comprando Instapaper y Reeder para montar algo decente como alternativa o simplemente probando cosas nuevas como ClipBoard o Instapaper, que tiene una funcionalidad social más o menos interesante. Por cierto, ClipBoard está cumpliendo la Regla #1 de todo producto de éxito de Internet en sus etapas iniciales: hoy está saturado que da gusto.
En fin, el tiempo dirá pero muchos pensamos que Google la ha cagado, y mientras no se decida a tocar directamente el propio Google+ como producto antes que tocar y «ensuciar otros productos que le están funcionando» peor va a ser la agonía tan clásica en cualquier empresa de ese proyecto estrella que no funciona y nadie sabe muy bien qué hacer con él. Va a ser curioso asistir como espectador.