La cruda realidad

Me pagan una miseria. No aprendo nada. Mi jefe no tiene ni idea. No veo futuro. Quienes pronuncian estas frases no se dedican a la construcción ni a la industria automovilí­stica, sectores ciegos de paro. Son ingenieros informáticos y de telecomunicaciones, perfiles por los que suspiran muchas empresas.

Estudiar estas carreras equivale a encontrar trabajo seguro. Las notas de entrada son de las más bajas, entre 4,6 y 6,71. Sin embargo, el número de nuevos licenciados en España se hunde el 13% desde el año 2002. Y hay un déficit laboral galopante de 25.000 profesionales de grado medio y superior. En plena furia de Internet y pasión por los cacharros tecnológicos, a los geeks ya no les motiva ser informáticos, ni siquiera con trabajo asegurado.

Ingenieros arrepentidos, en ElPais.com . Hay otro artí­culo relacionado: Profesores y profesionales culpan al sistema educativo español, algo con lo que yo estoy un poco de acuerdo, me quedo con el siguiente párrafo:

Para el ingeniero Izquierdo, el problema radica en el sistema de educación superior. «La carrera es como una losa, sales agotado y desilusionado, es demasiado teórica. Cuando estudié en Alemania las asignaturas eran muy prácticas, te motivaban mucho más».

El gasto en I+D+i en España sigue a la cola de la Unión Europea de los 15, el 1,27% del PIB frente al 1,91%. Y un ingeniero sin retos, sin problemas que resolver, es una mente desperdiciada. La falta de incentivos en las empresas para los informáticos tampoco es un problema exclusivamente español. Europa y Estados Unidos sufren, en mayor o menor medida, la falta de atractivos para esta profesión de primera necesidad en el mundo actual.