La realidad de Salamanca

Hay barrios de la ciudad como Vistahermosa o el Zurguén donde más del 20% de la población no sabe leer ni escribir. La mayorí­a de los salmantinos no han pisado nunca el DA2 y no conformes con eso, se jactan de ello ya que allí­ sólo se exponen «mamarrachadas» Llegará el Festival de las Artes y medio Salamanca ni se enterará de su existencia…

Los jóvenes nos vamos porque no nos queda más remedio. Muchas veces me planteo lo irrespirable que serí­a el ambiente en Salamanca si esto no fuese un hervidero de gente de fuera gracias a la universidad y el turismo. Ese ambiente se pone de manifiesto cada vez que llegan elecciones municipales y votan únicamente los censados.

Y no les sacas del «sota-caballo-rey» Ayer estuve repartiendo folletos por la calle invitando al personal a unirse a la concentración frente a Vialia mañana y es desesperante cómo algunos te contestan «A mí­ qué más me da, si yo no cojo el tren» Y esto te lo puede decir alguien que tiene un pequeño negocio en el centro incapaz de ver que mejores trenes implica más visitantes y más visitantes implica un número mayor de clientes potenciales.

Como dice Soda, se queda lo rancio y eso beneficia a una clase polí­tica que muestra su verdadera cara en casos como el de mañana. Ni unos ni otros apoyarán a los vecinos. Su juego es otro. Ellos están para enfrentarnos entre nosotros y conseguir votos. Para tenernos aquí­ pegándonos sobre quién ha hecho más por las autoví­as, si el PP o el PSOE. ¡Y eso qué importa! ¿Implica algo? ¿Hay que agradecérselo a alguien?

Y diremos adios al Bretón mientras los matrimonios de la tercera edad pasean por la Plaza Mayor poniendo a parir a Zapatero o a Rajoy entre los amigos y presumiendo de lo «bien colocaos» que tienen a sus hijos en Madrid y lo grandes que están sus nietos.
Y que siga gente apoyando a Lanzarotes, Meleros y demás apoltronados… ¿Qué tiene que pasar para que la cosa cambie?

Probablemente el mejor análisis sobre la Salamanca actual leí­do en una temporada, en SkyScraperCity.

No suelo publicar cosas de este estilo, pero es que el tema particular de la inacción de Salamanca siempre me ha sorprendido desde que vivo aquí­…