Somos insoportables

Hoy Renfe arranca la funcionalidad de ‘Coche en Silencio’: no se permite el uso del móvil, no podrán viajar menores de 14 años y es obligatorio el uso de auriculares.

A su vez, en eldiario.es han publicado un artí­culo llamado En los trenes españoles no hay wifi y faltan enchufes: ¿quién tiene la culpa?, con frases como «cinco o más horas dentro de un tren agotan a cualquiera, pero si, además, esas cinco horas las pasas sin cobertura ni conexión a internet, el viaje puede ser insoportable» (definitivamente el autor no ha ido en tren a Galicia, donde suceden ambas cosas).

Personas que quieren hiperconexión y personas que quieren oportunidades de desconexión fuera de su entorno laboral. ¿Está la tecnologí­a creando dos tipos de personas?

Los vagones del silencio en Suiza

España, además de muchas cosas malas, es un paí­s ruidoso: lo nota cualquier persona que venga de fuera y lo notamos todos los que nos gusta tener silencio cuando estamos trabajando en algo o simplemente no nos gusta que nos griten cerca.

Y a través de este genial artí­culo de Hábitos Vitales (un blog muy interesante que sigo hace tiempo, por cierto) me entero de la existencia en Suiza de «Vagones del silencio».

En estos vagones no está permitido ningún tipo de ruido ni conversación estridente; se prohibe el uso de móviles, de ordenadores y de aparatos de música, prácticamente cualquier tipo de sonido está prohibido.

Imagino que este tipo de vagones tienen su sentido en trayectos de ida y/o de vuelta hacia el trabajo, donde o bien aún estamos a medio despertar o bien estamos cansados. Y sinceramente, me parece una genial idea que yo usarí­a.

En el Metro de Madrid pasa algo relacionado: antes era uno de los pocos lugares con cierta paz en la ciudad; entrar en un vagón solí­a ser sinónimo de desconexión durante un rato, pero de un tiempo a esta parte es todo lo contrario: alguna banda tocando, alguien oyendo música con un altavoz, otra persona hablando en voz alta por su teléfono móvil…

Todos necesitamos el silencio y a los que nos cuesta muchí­simo concentrarnos más aún: yo necesito muy a menudo el silencio en la oficina para alguna tarea concreta y casi nunca lo tengo, así­ que hago ciertas tareas concretas en horas a las que sé que podré concentrarme un poco (en otros casos las hago en casa).

¿Por qué en España no se valora el silencio?

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