Ayer Domingo se produjo como un año más la gala de los Premios Goya, esa reunión de actores, actrices y productores que casi siempre suele resumirse en un qué bien lo hacemos, cada año mejor y mejor.
Pero quitando las opiniones los datos siempre serán los datos, y no dicen cosas muy bonitas hacia el cine hecho en España, al menos en cuanto a espectadores. Y por ello anoche en la Gala se recurrió una y otra vez al más fácil de los recursos: a la piratería.