Si hay algo que me parece clave para que un negocio funcione es la confianza: un bien intangible que carbura las mejores relaciones y que como todo lo bueno también tiene algo de fragilidad. Pocas cosas hay peores como la pérdida de la confianza. Por ello también su valor.
En Pontevedra nació en el 68 Supermercados Froiz, una cadena que está entre las 20 primeras en España en distribución minorista, con 260 tiendas en varias comunidades. Su fundador, Magín Froiz, es alguien a quien tengo mucho respeto, por su manera de ser que expresa de vez en cuando, como en esta recomendable entrevista donde resume su filosofía elemental y tan olvidada a veces de poner al cliente en el centro.
Mi madre, también emprendedora en Pontevedra, con una Agencia de Viajes que desde el 71 aún mantiene abierta en el centro de la ciudad –pregúntenle a cualquier pontevedrés si no ha viajado alguna vez gracias a mis padres– siempre me ponía como ejemplo el caso de un supermercado de Froiz que, desde siempre, ha mantenido a los mismos empleados allí con su misma filosofía: el carnicero que lleva allí décadas y establece confianza con sus clientes, la cajera que es ‘la de siempre’…
Vengo de comprar hace un rato en el supermercado de enfrente de mi casa, que es un Mercadona, y viene a ser un poco la antagonía bajo mi punto de vista al modelo de Magín Froiz: excesiva rotación de personal, las pesadillas de sus interproveedores… en fin: Mikel Iturriaga lo expresó mucho mejor que yo en su «Estimado Señor Mercadona».
Con el tiempo he visto y he aprendido la importancia de la confianza, puede llegar a ser algo realmente valioso. Cuando te pones a abrir un blog o cualquier proyecto en Internet, tienes que tener una confianza clave en la gente que tiene los servidores donde alojas todo: es realmente fácil tener una pesadilla con un servidor y poder echar a perder años de trabajo o dinero si realmente tienes un negocio online.
En todos estos años luchando con hostings para las cosas que he ido haciendo en Internet he valorado sobre todas las cosas la atención al cliente, el poder enviar un email o una llamada urgente en la madrugada porque se te ha caído el servidor y tener a alguien al otro lado que inmediatamente se pone a trabajar en ello.
Reconozco que, tras años y años probando aquí y allá, con hostings americanos y españoles, puedo decir que he establecido una relación de auténtica confianza con los chicos de RedCoruna, un pequeño (en aquel momento) alojamiento español que contactaron conmigo hace años para contarme un poco lo que hacían y permitirme probar sus servicios.
El trato con la gente de RedCoruna es excepcional: sus técnicos tienen una paciencia y una destreza que pocas veces he visto para problemas con servidores. Además, la confianza de poder tener alojado en España tu sitio con la posibilidad de tener soporte 24 horas en castellano es algo que te quita cualquier miedo de la cabeza y permite centrarte en lo fundamental: tu trabajo en Internet.
Puedo asegurar que no he cobrado un euro por escribir este artículo; es más: busca los comentarios sobre RedCoruna en Twitter y verás que el porcentaje de gente contenta es realmente elevado. Es reconfortante ver que hay gente que aún sigue valorando la confianza en sus negocios.