Cuando uno se ha chocado cien veces contra la pared siente que no le queda más derecho que al pataleo, quizá con una mínima esperanza de que en el futuro cambien las cosas. Pero, estando en 2024, lo cierto es que ya vamos algo tarde.
El inicio de todo: yo solo quería saber mi vía
Soy un sufridor usuario intensivo de trenes y en esas estaba cuando el pasado sábado 4 de mayo tenía que hacer un cambio de tren en Palencia, de un Media Distancia que venía de León a un Alvia que venía de Santander hacia Madrid Chamartín. ADIF, el administrador de las infraestructuras ferroviarias, tiene una app móvil que permite saber las vías de un tren, independientemente de su compañía. Algo realmente útil para cualquier viajero si funcionase, por supuesto.
Porque mi transbordo consistía en llegar a las 16:54 y salir a las 17:04, un tanto justo y una de esas ocasiones en la cual la app móvil puede ser realmente útil. Consulté la app en Palencia nada más llegar a las 16:54 e indicaba que yo llegaría a la vía 1 y mi tren saldría de la vía 5, la más pegada a la estación, perfecto. Fui por el paso subterráneo y llegué al edificio de la estación; pero cuál es mi sorpresa cuando el acceso al andén estaba cerrado y un vigilante de seguridad me dijo con malas maneras que «abrirían cuando tocase«, algo un tanto extraño a 10 minutos de la salida de un tren. Fui a la pantalla de la estación y vi que allí la vía indicada era la 1, por donde había entrado. Eran las 16.56 y la app de ADIF indicaba la vía 2A. ¿A quién hacer caso?.
Volví a la vía 1 por el paso subterráneo consciente de que quizá perdería mi tren y viendo que no era el único con el mismo problema (una familia con un carrito de bebés y ocho viajeros más también estaban por allí). Cuál es mi sorpresa cuando, a las 16.59, el Alvia asoma la cabeza por la vía 1 y, esta vez, la app de ADIF ya mostraba la misma información. No miento, hay capturas:
¿Por qué la TV de las estaciones y la App de ADIF dan informaciones distintas? Porque imagino que son sistemas distintos. ¿Por qué son sistemas distintos? Eso habrá que preguntárselo a los responsables de los sistemas de ADIF, imagino. El pasado 13 de mayo en Pontevedra me pasó lo mismo: el Alvia 04104 indicaba un retraso que no tenía nada que ver con lo que indicaba la aplicación móvil del ADIF. ¿Qué utilidad tiene entonces su aplicación, más allá de justificar que se ha lanzado, si su información no es veraz?
Con la sede electrónica de ADIF hemos topado
Admito que quiero que se cambien las cosas a mejor y que, si no funciona un servicio público, es nuestro deber como ciudadanos quejarnos para que al menos alguien no pueda afirmar que las cosas funcionan bien porque no hay quejas. Así que me dirigí a la Sede Electrónica del ADIF para hacer una reclamación de carácter general sobre esta aplicación y lo que he contado antes.
Me considero un ciudadano relativamente apto para las nuevas tecnologías: tengo Cl@ve, Clave Permanente y Certificado Digital por lo que más o menos creo puedo manejarme para hacer trámites en línea. Rellené la exposición de motivos, adjunté las capturas de la app móvil con el caos en tan solo cinco minutos y, aparentemente, la Sede Electrónica de ADIF no permitía continuar, se quedaba colgada en el 1% al enviar la solicitud. El primer borrador (BORRADOR:038233) fue imposible, lo intenté dos veces más desde mi ordenador de escritorio y tampoco fue posible. Desistí, no sin antes ojear este descriptivo mensaje de error:
En 2024 tiene que haber algo mejor
Desistí igual que he desistido hace un rato de pedir el voto por correo en la web de Correos para las próximas elecciones europeas porque, aún teniendo mi certificado digital en regla y la última versión de Autofirma en Mac instalada, no funciona ni en Safari ni en Firefox y no sé muy bien por qué. Este es el estado de las cosas.
Soy plenamente consciente de que el ministro Escrivá ha prometido trabajar en la transformación digital de la administración pública, pero lo cierto es que si a mí, como usuario avanzado de tecnología, me resulta imposible, no me imagino al usuario medio de ordenadores que ve como puede pedir la compra en media hora en su casa con su móvil pero no puede hacer algo tan sencillo como una reclamación a un organismo público. De verdad, por favor, tiene que haber algo mejor.