A partir de un cierto nivel de curiosidad y foco en algo hay un momento muy bonito que podría describir a una sensación similar a la de ir tirando de un hilo, de una manera mil veces más placentera, porque no destroza nada sino que descubre cosas nuevas que uno no conocía y que tienen un vínculo con lo que uno ya conoce. Así es como uno termina descubriendo nuevos artistas, festivales, directores o productores que terminan siendo una parte fundamental de su vida.
Siempre había tenido más o menos fichado a Spiritualized por influencia en muchas bandas que me gustan pero solo había oído el famoso disco de «Ladies and gentleman we’re floating in space», al fin y al cabo somos de generaciones distintas y la mayoría de su público tiene de media algunos años más que yo. Le di una oportunidad en 2018 a su último disco, «And nothing hurt«, y a partir de ahí me empezó a entrar mucho más. Su concierto en La Riviera en Madrid en otoño de 2018 fue una de las cosas más bonitas, honestas y coherentes que he podido vivir nunca en cuanto a conciertos se refiere.
Spiritualized
Para quien no lo conozca, Spiritualized es el proyecto personal de «space rock» de Jason Pierce, un artista inglés que montó Spacemen 3 en el 82 junto a su compañero Peter Kember (Sonic Boom). Sacaron al mercado cinco LP’s y cada uno tomó su camino: el de Spiritualized más centrado en una muy particular mezcla de rock con ambient y un poco de gospel. Con Spacemen 3 influenciaron a una hornada de bandas rock clave en los 90 como pueden ser Slowdive en Reino Unido o Los Planetas y Triángulo de Amor Bizarro en España. J siempre lo explica mejor.
Spiritualized son muy conocidos sobre todo por su tercer disco, «Ladies And Gentlemen We Are Floating in Space«, una oda a las sustancias para superar una ruptura sentimental. La ruptura de hecho fue tal: Kate Radley tocaba el teclado en la banda mientras era pareja de Jason Pierce…y de Richard Ashcroft a la vez, con el que se acabó casando en el 95. De hecho la voz de ella llega a salir en el inicio del disco, susurrando el título.
Ese disco, tan mágico, dice en su prescripción: «Spiritualized is used to treat the heart and soul». Hablo de prescripción porque el propio disco fue concebido como un medicamento: su portada se asimilaba a uno y se llegó a hacer una edición muy limitada de 12 discos en un envase de pastillas; cada una era una canción del disco. El culpable de todo esto, aparte de Jason Pierce, era Mark Farrow.
Mark Farrow
Mark Farrow es un diseñador británico que empezó su carrera en los 80 trabajando para el mítico sello Factory Records de Manchester, conocido por ser el sello de bandas como Joy Division, New Order, the Durruti Column o OMD y por poner un especial cuidado en las portadas y todo lo relacionado con la parte gráfica de una obra musical.
Una vez cerró Factory Records empezó su carrera en solitario: empezó a trabajar con bandas como Pet Shop Boys, Manic Street Preachers o nuestro querido Jason Pierce y su proyecto Spiritualized.


El trabajo de Mark Farrow llega hasta el último disco hasta la fecha de Spiritualized, «And Nothing Hurt», un disco con una consistencia estética increíble: desde las proyecciones hasta el merchandising todo refleja unos mismos puntos.

El disco reflexiona sobre la comunicación en una pareja y suena a disco de despedida del inventor del space rock. Despedida porque, pese a tener 53 años, el bueno de Jason ha sobrevivido a una neumonía, a una parada cardiorespiratoria, a un hígado destrozado y a quimioterapia por sus antiguas adicciones. Pese a todo ello, «And Nothing Hurt» es una oda a la vida en un mundo tan complicado como el que es en 2019.
Quizá por eso, en todos los vídeos y arte gráfica del disco se aprecia a Jason dentro de un traje de astronauta bastante desgastado y perdido por un desierto aparente.
Y aquí es donde entra la labor de otra persona clave en su obra: Juliette Larthe.
Juliette Larthe
Juliette Larthe es actualmente productora ejecutiva y fundadora de Prettybird UK en Londres. Elegida como una de las 100 personas más influyentes en la industria creativa en el Reino Unido, ganó un Grammy por su trabajo para Rihanna con el videoclip de «We Found Love». Por si fuera poco ella es la actual pareja de Pierce desde hace unos años y probablemente responsable junto a Farrow de la bella consistencia estética de su obra en los últimos discos.
Lo increíble de todo esto es que empiezas a rascar y de repente reparas en que algunos de tus anuncios favoritos de los últimos cinco años han sido producidos por su productora, con un trabajo que parece querer buscar siempre el perfecto encaje entre música y publicidad.
Como decía al inicio, es maravillosa esa sensación de ir tirando de un hilo descubriendo los vínculos entre personas a las que admiras. Por cierto, el otro día al final del concierto de Spiritualized en Amsterdam se alinearon los planetas:
