De lo urgente y de lo importante

Una de las cosas más buenas que tiene The Cocktail es que de vez en cuando viene gente ‘de fuera‘ a dar una charla distinta, porque es un grupo reducido y porque somos más técnicos, hay más posibilidades de inspirar, etc.

La última fue hace apenas una semana y fue de Daniel Gayo, profesor en la Universidad de Oviedo y especialista en análisis de datos con Redes Sociales: profiling, análisis de futuros, tendencias y demás cosas que se pueden sacar de todo lo que hacemos y decimos en la red. Tengo la sensación de que hace tiempo ya habí­a visto alguna presentación suya porque la habí­a enlazado alguien del equipo de Politikon en Twitter, es probable.

En la charla Daniel sacó a colación el tema de lo urgente y lo importante, que es algo en lo que estuve enredado a nivel personal durante un tiempo largo hace unos años y creo que cada vez es más importante respecto del mundo en el que vivimos. Creo que por la crisis y por ciertas maneras en las que hemos sido educados y la propia estructura de la sociedad actual, damos más prioridad a lo urgente que a lo importante, lo cual a veces nos aparta mucho de los objetivos y nos hace caminar como pollos sin cabeza y de una manera un tanto errática.

Todo viene por la polémica que ha surgido en la blogosfera a raí­z de una nota de prensa que hemos visto varios esta mañana por la presentación de Movistar Influencers, una nueva plataforma de Movistar orientada hacia un supuesto tipo de público autodenominado influencer. Lo cierto es que el debate era necesario desde hace un tiempo en el sector y esta acción de Movistar simplemente ha sido un desencadenante y no un ataque especí­fico a la marca. Recomiendo antes de que sigas que te leas los artí­culos de Pepe Ortuño (link), Antonio Ortiz (link), y Miren Mariño (link) al respecto para hacerse una idea de por dónde van los tiros.

Cuando la blogosfera cabí­a en un bar

Salvo a Miren, conozco a Pep y a Antonio desde ya hace años y sé que, al igual que yo, han sido invitados a eventos por supuestamente, según la marca o agencia de turno, ser influencer en algún ámbito concreto, por lo que saben muy bien de lo que hablan y me parecen dos crí­ticas muy razonables.

Sus artí­culos se juntaron con el recuerdo de ver la semana pasada a Juan de Blogoff presentando los Premios Bitácoras 2012 como un auténtico rockstar (Juan, admí­telo, que además se te da bien) y recordé un tiempo en el que la blogosfera cabí­a en un bar. En un bar que cerró, por cierto.

Aquel lugar era el Negone, cerca del Santiago Bernabéu, y aquella era la ceremonia de entrega de los Premios 20Blogs 2006 ó 2007, la primera o segunda edición, vaya. Allí­ Juan iba como finalista por Blogoff y yo iba finalista por este blog; pero allí­ también estaba Alvy de Microsiervos, Antonio Delgado, Nacho Escolar, Rodrigo Zordor, Jonan Basterra, Marcos Morales, Gorka Limotxo, Antonio Cambronero, Octavio Rojas, Antonio Ortiz, Mauro Fuentes, Manu Contreras, etc… . Creo que ninguno de los que estaban allí­ en aquel momento se consideraba influencer ni tení­a lo que tiene ahora. Si bien es obvio que la blogosfera ha crecido.

Pero, como decí­a, la blogosfera fue creciendo y en 2008 ya encontramos ciertos sí­ntomas de que algo raro pasaba, si bien era algo muy de nicho (blogs tecnológicos) y con eventos concretos (presentaciones de producto) donde se invitaban a los bloggers y se pagaba por ciertas menciones. Un ejemplo de esta crí­tica la podemos ver en la entrevista de Antonio Delgado a Manu Contreras (Julio 2008), que causó bastante revuelo en lo que era la blogosfera en aquel momento y con cosas que aún se pueden seguir criticando a dí­a de hoy, 4 años después.

Como dice Manu en la entrevista, quizá el problema sea en que se intentan trasladar antiguas prácticas del viejo mundo por parte de las agencias e intentan aplicar cosas que hací­an con los periodistas a cosas que hací­an con los bloggers. A raí­z del tema de Internet y antiguas prácticas, recomiendo ver esta pequeña charla de Alberto Knapp (CEO de The Cocktail) en 2009 donde poní­a muy bien en contexto lo que es la innovación y como al principio con todos estos cambios lo que se intenta es replicar un modelo antiguo para luego empezar a hacer algo nuevo y ‘nativo’ de ese nuevo medio. Y precisamente eso es lo que creo que está pasando.

Y ahora, ¿qué hacemos?

No me importa en absoluto entonar el mea culpa porque todos los que trabajamos en esto hemos evitado discusiones con el cliente a la hora de hacer un evento e intentar mejorar este tipo de cosas. Volvemos otra vez a la dicotomí­a de urgente vs. importante y reparamos en que la selección de gente para invitar a un evento suele dejarse para el último lugar (normalmente porque hay que hacer otras cosas del evento) y al final uno termina tirando de la agenda más cercana, lo cual redunda en un alto nivel de repetición de gente en sus eventos.

Reconozco también que como blogger he rechazado ir a algún evento porque no veo el motivo de que me inviten a algo sobre lo que no controlo y reconozco también que en otros casos he asistido por simple insistencia debido a que poca gente iba a asistir al evento, alargando una y otra vez esto que intentamos solucionar, o al menos poner parches.

Sin duda alguna como dice Pep en su post, la situación ideal es caminar hacia eventos mucho más verticales y de nicho, pero hay que pensar en cómo ejercer una labor pedagógica de cara al cliente para evitar caer en la tentación de jugar con las cosas ‘a volumen’, calculando métricas cuantitativas tan ‘falsas’ como el número de gente a la que has impactado o si tu evento ha sido Trending Topic en Twitter o no. ¿Realmente aporta algo de valor?

Por nuestra parte, por la parte de gente que trabaja en agencias colaborando en este tipo de eventos, tenemos que reflexionar profundamente sobre cómo mejorar en este tipo de procesos, ser más ágiles y pensar en cómo vender esta evangelización lógica a los clientes, que vienen con filosofí­as de impactos y alcances que quizá en ciertos contextos digitales no tengan toda la lógica si estamos hablando en torno a relevancia y valor. Pero yo creo que es solo cuestión de tiempo y adaptación a esta nueva situación.

(Como excepción he decidido activar los comentarios de este artí­culo. Siéntete libre de abrir el debate y criticar este artí­culo, me gustarí­a ver un debate constructivo).