Esta mañana todos tuvimos noticias gráficas del triste atentado en Bilbao gracias a un usuario de Twitter que subió fotos como ésta a Twitpic mucho antes que los medios tradicionales.
Y cuál es mi sorpresa cuando, viendo el análisis de la noticia en Elmundo.es, me encuentro con esto, donde apreciamos que han usado la misma foto sin hacer ni siquiera mención a la autoría de la foto. Luego vendrán criticando al P2P, a «robar» cosas en internet y similares…
ACTUALIZACIí“N: Después de haber sido portada en Menéame, elmundo.es ha escrito en el artículo «Imagen facilitada a elmundo.es por un testigo del atentado de Arrigorriaga». No ha sido tan difícil…
ACTUALIZACIí“N 2: José Luis Martín de elmundo.es, aclara lo siguiente en los comentarios: «Un testigo del atentado se la pasó vía móvil a un redactor de elmundo.es en bilbao y éste a la redacción en madrid, también vía móvil. ignoro si el testigo la colgó antes o después en alguna página, pero elmundo.es tenía autorización personal para reproducirla.»
ACTUALIZACIí“N 3: La autora de la foto habla en los comentarios: »
Aclarar que no soy periodista ni tengo nada que ver con El Mundo. Colgué la foto en twitpic nada más hacerla, ni un minuto más tarde.
Y casi tres cuartos de hora la mandé vía SMS a dos personas. Una de ellas se la mostró a un periodista de El Mundo, y a partir de ahí, ya sabéis el resto. Quien se la facilitó no fue un testigo, como dicen, porque la testigo fui yo y no la persona que le enseñó mi SMS.
Por cerrar la polémica, decir que no me importa que se use mi foto, es periodismo ciudadano y así lo entiendo. Sin embargo, no hubiera estado de más que, sin dar nombres, digera que la foto había sido de una testigo, o bien sacada de Twitpic. ¿Pero sabéis cuál es la pena? Que El Mundo no la descubrió en Twitter, como era mi intención. La vió en un móvil por lo que se puede concluir que los medios tradicionales siguen dando la espalada a Twitter como generador de noticias. Todo lo contrario a 20minutos, que sí la descubrió en twitpic y pidió permiso para usarla reconiciéndome, incluso, la autoría.»