Cuando el diablo se aburre…

Hay dí­as que me encantarí­a encontrarme con algún dirigente de una agencia de noticias, porque basta que escriban sobre un tema para que todos los medios en internet se hagan eco, especialmente si es en tono de advertencia y de horror ante el desconocimiento de internet.

Y como últimamente, el escándalo viene por internet y menores, inventándose el término sexting. La noticia viene en varios medios (La Voz de Galicia, El Mundo, 20minutos.es) y consiste en el enví­o de fotografí­as desnudas o semidesnudas de chicas a sus parejas.

Además, hay párrafos copiados literalmente, pero me encanta éste donde comentan el origen de todo:

Los padres de una joven de 16 años de Seattle (Washington) han emprendido una batalla legal, después de que se difundieran por todo el colegio las fotos que se hicieron su hija y su mejor amiga en la ducha sin intención de difundirla.

Las fotos comenzaron a circular entre los estudiantes hasta que el director del centro educativo recibió un sobre con unas copias, por lo que las muchachas fueron expulsadas del equipo de animadoras.

Las autoridades advierten que quien recibe las fotos puede afrontar cargos por estar en posesión de material obsceno

Los padres alegan que al echarlas del equipo las han «marcado» frente al resto de los compañeros, aunque, según el Seattle Post-Intelligencer, ésta no era la primera vez que las chicas se hací­an fotos sin ropa.

En 2005, también se fotografiaron desnudas de cintura para arriba para enviar las imágenes a sus novios de entonces, aunque sus abogados alegan que fueron enviadas accidentalmente.

Me encanta eso último: accidentalmente te sacas una foto desnuda y se la enví­as a tu novio. Conviene preguntarse, nunca está de más y hoy Sábado seguro que muchos tienen tiempo para ello, si la culpa de que una foto de tu hija desnuda sea publica la tiene Internet o la educación que le das.

De todas maneras, tengo la sensación que el hecho de enviarle fotos «comprometidas» a tu pareja ha existido siempre, sólo que ahora los moralistas tienen un medio al que echarle la culpa…

(La foto está cogida de Flickr)