Las siete ubres gallegas

Hace años, en un mitin, José Crespo anunció un censo de vacas en Lalí­n. El compromiso del PP con las vacas es ilusionante. En las últimas elecciones generales Alberto Núñez Feijóo lanzó un mensaje apocalí­ptico: «La vaca es un animal interesante». La frase inauguró un tiempo. Ayer Feijóo, consciente de la gravedad del destino, dio un paso más allá. En la visita a una explotación ganadera de Rois le preguntó al dueño de la granja por qué todas las vacas tení­an nombre de mujer.

No era un chiste. Era una duda alimentada con el paso de los años que probablemente no le dejó dormir durante noches y decidió desempolvarla allí­, en el campo, a tumba abierta. El ganadero fue implacable: «Non lles vou chamar Xulián». Feijóo siempre ha presumido de estar arraigado al rural y públicamente ha dicho que su primer amor era una niña lechera con la que recorrí­a la aldea para hacer el reparto.

En su momento dijo uno que ya sabí­amos que cuando la gente corrí­a delante de las lecheras Feijóo corí­a detrás, pero una vez visto el panorama vaya usted a saber si la leche la ordeñaba de las ubres del buey o la lechera directamente se llamaba Xulián.

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