Ayer a la tarde estaba en la biblioteca de la facultad y había quedado con Arantza para tomar algo al salir, sobre las 20. Resulta que nada más salir, me pregunta si noto el amoníaco…y la verdad es que había un olor bastante fuerte a amoníaco, incluso antes de salir a la calle, aún en el claustro.
Salimos a la calle Compañía, y un olor tremendo, la gente tapándose con pañuelos la nariz, metiéndose en lugares cerrados…así que decidimos ir al Alcaraván, que está enfrente de la facultad, y esperar allí a ver qué pasa, con un poco de nervios metidos en el cuerpo por saber qué estaba pasando. Al rato de estar allí uno de los del local ordena apagar cigarillos y demás, pues se cerró la puerta del local para evitar que entrase el amoníaco y sin dejar entrar a nadie más (que no lo evitó, porque al rato se empezó a notar dentro del local). Mientras estábamos dentro se veía como una neblina por la calle, y dos periodistas de TV grabando con unas mascarillas (no sé de que TV serían, imagino que de la local). Curioso, llamo a Emergencias 112, que lógicamente tenían constancia de ello y me dijo que estaban los bomberos intentando ver el origen de la fuga, que no saliese a la calle hasta dentro de un rato.
Al rato (rato quizá una hora) probamos a salir y el olor había bajado, no mucho, pero un poco menos se notaba; así que fuimos hacia San Justo para ir a Gran Vía y hasta casa; y ciertamente en San Justo aún se notaba bastante el olor. Nada más llegar a casa, me conecté a Internet a ver si encontraba algo de información y resulta que hubo cinco intoxicados por un gran escape de amoniaco que colapsa la capital, procedente de una fábrica de abonos.
En fin, una historia para no dormir, pero que te asusta un poco al desconocer qué puede estar pasando. Agradecí ayer un poco tener a mano el E65, pues el local en el que estábamos tenía Wi-Fi y me pude conectar a Twitter y a Internet para intentar enterarme de qué pasaba, y al menos sirvió para comunicar qué estaba pasando…
Onte á tarde estaba na biblioteca da facultade e quedara con Arantza para tomar algo ao saír, sobre as 20. Resulta que nada máis sair, me pregunta se noto o amoníaco…e a verdade é que había un cheiro bastante forte a amoníaco, aínda antes de saír á rúa, aínda noclaustro.
Saímos á rúa Compañía, e un cheiro tremendo, a xente tapándose con panos o nariz, meténdose en lugares pechados…así que decidimos ir ao Alcaraván, que está enfrente da facultade, e esperar alí a ver que pasa, cun pouco de nervos metidos no corpo por saber que estaba pasando. Ao rato de estar alí un dos do local ordena apagar cigarillos e demáis, pois se pechou a porta do local para evitar que entrase o amoníaco e sen deixar entrar a ninguén máis (que non o evitou, porque ao rato se empezou a notar dentro do local). Namentras estabamos dentro se veía como unha neblina pola rúa, e dous periodistas de TV gravando cunhas mascarillas (non sei de que TV serían, maxino que da local). Curioso, chamo a Emerxencias 112, que lóxicamente tiñan constancia de ilo e me dixo que estaban os bombeiros tentando ver a orixe da fuga, que non saise á rúa ata dentro dun anaco.
Ao rato (rato cicais unha hora) probamos a saír e o cheiro baixara, non moito, pero un pouco menos se notaba; así que fomos hacia San Justo pra ir a Gran Vía e ata casa; e certamente en San Justo aínda se notaba bastante o cheiro. Nada máis chegar a casa, conecteime a Internet a ver se atopaba algo de información e resulta que houbo cinco intoxicados por un gran escape de amoniaco que colapsa a capital, procedente dunha fábrica de abonos.
En fin, unha historia para non durmir, pero que te asusta un pouco ao descoñecer que pode estar pasando. Agradecín onte un pouco ter a man o E65, pois o local no que estabamos tiña Wi-Fi e me puiden conectar a Twitter e a Internet para tentar enterarme de que pasaba, e ao menos serviu para comunicar que estaba pasando…